jueves, 29 de agosto de 2013

Sobre la extradición del coronel Montano



La sola posibilidad de que Inocente Orlando Montano termine en una sala de la Audiencia Nacional, y de que su presencia en Madrid permita a un tribunal colegiado llamar a etapa de sumario el proceso judicial que el juez Eloy Velasco ha abierto por asesinato, terrorismo y crímenes de lesa humanidad contra 20 militares salvadoreños por la masacre de la UCA en 1989, ya causa olas en San Salvador.

El coronel Inocente Orlando Montano, dicen dos fuentes judiciales consultadas en Madrid y Washington, debe cumplir su sentencia en Estados Unidos. Luego puede ser extraditado a España. O no.

El juez Douglas Woodlock de Boston, que el martes 27 de agosto sentenció al coronel a pasar 21 meses en prisión y otro año en libertad condicional por seis cargos de perjurio y fraude migratorio, se ha reservado el derecho de conocer sobre la extradición que en noviembre de 2011 solicitó el juez español Eloy Velasco al gobierno de su país procesar con Washington.
 
Velasco, titular del juzgado sexto de la Audiencia Nacional de España, también ha pedido a El Salvador que entregue a otros 9 militares, quienes junto a Montano están procesados en Madrid por los asesinatos de seis sacerdotes jesuitas -cinco de ellos españoles- y dos empleadas perpetrados por un batallón élite de la Fuerza Armada, el Atlacatl, el 16 de noviembre de 1989.

En agosto de 2011, el Gobierno de Mauricio Funes conoció de las órdenes de captura giradas por Velasco en contra de los militares residentes en El Salvador, pero su ministro de Defensa, el general David Munguía Payés, les ofreció refugio en un edificio militar para evitar el arresto.
 
Antes de leer su sentencia contra Montano en Boston, Woodlock preguntó a la fiscalía estadounidense si había alguna petición de extradición pendiente desde El Salvador. El Gobierno de Estados Unidos respondió que no. De hecho, la Corte Suprema de Justicia salvadoreña falló el 8 de mayo de 2012 en contra de la extradición de cualquiera de los militares implicados por Velasco en la masacre de la UCA. Un día después del fallo de Woodlock, además, la Corte dijo que se reservaba el derecho de opinar para "no adelantar criterio" en caso de que una nueva consulta llegara a San Salvador.

Por ahora, según Almudena Bernabeu del Centro de Justicia y Rendición de Cuentas de San Francisco, que representa a las víctimas ante el tribunal español, el proceso ya está en trámite en el Departamento de Justicia en Washington. Esta abogada dice que la deportación a El Salvador no es un escenario posible, ya que priva la petición de extradición por cargos criminales que ha hecho el juez Velasco.

Una fuente del Gobierno de Mauricio Funes consultada el miércoles 28 de agosto –que aceptó referirse al caso desde el anonimato- dijo que en el Ministerio de Relaciones Exteriores ya hay un análisis sobre el tema, y que hay una interpretación según la cual Washington debe pedir opinión a El Salvador antes de proceder a una extradición de un nacional salvadoreño a un tercer país.

Una fuente en Madrid relacionada con el caso de la Audiencia Nacional, sin embargo, dice que “no hay ninguna obligación legal escrita en ningún sitio que obligue ni autorice a Estados Unidos a consultar con El Salvador”. A menos, dice la fuente, que San Salvador solicite a Washington la extradición de Montano por hechos criminales similares, algo que no parece posible. Sobre esto, el ex canciller salvadoreño y actual secretario ejecutivo de SICA, Hugo Martínez, dijo a La Prensa Gráfica que a El Salvador le falta decidir si enjuicia a Montano en El Salvador, aunque él cree que San Salvador sí tiene palabra en la extradición de Estados Unidos a España.

Otra cosa ocurrió en San Salvador un día después del fallo de Woodlock según dos fuentes cercanas al partido ARENA: un grupo de políticos y abogados se reunió por la tarde para empezar a pensar en una estrategia en caso de que Montano termine en Madrid. Ya antes, según cables filtrados por Wikileaks, funcionarios salvadoreños de gobiernos areneros viajaron a la capital española para abogar por algunos de los militares y por el ex presidente Cristiani, a quien en algún momento la querella en España sugirió llamar como testigo.

La saga de Inocente Orlando Montano en Boston terminará cuando el coronel pise la cárcel el 11 de octubre próximo. La otra historia, la que involucra a la investigación más amplia sobre los asesinatos de la UCA y a la posibilidad de que se sienten frente a un juez quienes ordenaron a la unidad del batallón Atlacatl que comandaba el teniente José Ricardo Espinoza Guerra matar a Ignacio Ellacuría y no dejar testigos, apenas empieza.





miércoles, 21 de agosto de 2013

"El Salvador incumplió sus obligaciones legales al no arrestarlos"

Entrevista con Almudena Bernabeu, abogada del Center for Justice and Accountability de San Francisco que representa a los familiares de los Jesuitas en el caso abierto contra 15 militares salvadoreños en Madrid. Extractos de esta charla están publicados en nota de La Prensa Gráfica sobre audiencia de sentencia por fraude migratorio en Boston, Massachusetts, contra el coronel Inocente Orlando Montano, uno de esos militares.

Almudena Bernabeu durante el juicio en Guatemala contra el general Efraín Ríos Montt. Foto de Werner Monterroso.





"JUEZ NO TIENE NINGUNA INTENCIÓN DE ARCHIVAR CASO JESUITAS"


Almudena Bernabeu es la abogada española que, en nombre del Centro de Justicia y Rendición de Cuentas (CJA, en inglés) de San Francisco, California, presentó la querella contra los militares salvadoreños en representación los familiares de los Jesuitas ante la Audiencia Nacional de España. La Asociación Española de Derechos Humanos, con sede en Madrid, es co-demandante. Bernabeu asegura que todas las órdenes de arresto y extradición giradas por el juez Eloy Velasco, la mayoría de las cuales implican a El Salvador, hogar de los imputados a excepción de Inocente Orlando Montano, siguen vigentes. En esta conversación explica la relación entre el juicio por fraude migratorio que un juez sigue en Boston contra el coronel Montano y la causa abierta en la capital española por la masacre de la UCA perpetrada el 16 de noviembre de 1989.


¿Cuál es la relación entre ambos casos? Entiendo que una sentencia larga en Boston puede dar más tiempo para que haya una negociación política entre Madrid y Washington para extraditar a Montano. ¿Es así?

La relación entre ambos casos es plena. Lo primero que hay que saber es que gracias al caso de la Audiencia Nacional y la investigación que llevamos se supo el paradero de Montano en Estados Unidos, específicamente en Everett (Massachusetts). Gracias a la orden de arresto que hay en España y el ruido que eso causó es que las autoridades de Estados Unidos decidieron actuar y arrestarlo. Una vez bajo custodia de las autoridades estadounidenses, lo que aplicaba, por supuesto, es la legislación estadounidense; en este caso en concreto en materia de fraude migratorio. El caso que está presentando el Gobierno de Estados Unidos en Boston es por fraude migratorio, relacionado con que Montano mintió, cometió perjurio sobre su pertenencia al ejército salvadoreño y el motivo que lo condujo a formular tales mentiras fue ocultar su implicación como presunto violador de los derechos humanos, así como su participación en crímenes de lesa humanidad y, entre ellos, uno de gran gravedad es el asesinato de los Jesuitas y sus empleadas. La sentencia, esperamos, puede acarrear hasta dos años de cárcel.

¿Cuál es la relación con el proceso de extradición?

El juez de Boston, el juez Woodlock, se ha reservado jurisdicción para atender la solicitud y el proceso de extradición; él tiene jurisdicción y es excelente que un juez que ya conocerá el caso y al imputado atienda tal solicitud. Ahora bien, tal proceso es posterior a la sentencia que esperamos en Boston estos días, y es un procedimiento diferente. Estados Unidos ha dicho que quiere aplicar su legalidad primero y condenarle y una vez resuelto esto, atender la solicitud de extradición de España que se encuentra todavía, entendemos, en manos del Departamento de Justicia.

El juez Velasco hizo la solicitud de extradición al Gobierno español en 2011 para que diligenciara la extradición de Montano. ¿Qué camino siguió la solicitud?

Hasta donde sabemos tanto el juez Velasco como la fiscalía española y nosotros como abogados en el proceso en nombre de los familiares de los Jesuitas, la solicitud está en el Departamento de Justicia, desde donde se pidió información adicional y se señalaron ciertas deficiencias. Estamos en estos momentos presentando al juez Velasco información adicional, pruebas relativas a la responsabilidad de Montano, que han sido incluidas en autos y que una vez formalizadas en el juzgado serán remitidas a Washington. Esperamos que con eso se complete la solicitud de extradición y que esta siga su curso.

Si Montano es extraditado a España, ¿qué significa eso para el proceso en Madrid? Lo último que supimos es que el juez dijo que iba a archivar el proceso luego que el Gobierno de Funes no arrestó a los acusados que están en El Salvador y la Corte salvadoreña insistió en que no estudiaría la extradición...

El juez Eloy Velasco no tiene ninguna intención de archivar el proceso y es importante que eso se sepa alto y claro en El Salvador; el proceso sigue adelante; las órdenes de arresto están vigentes y también la petición de extradición hecha a El Salvador.
Foto de Werner Monterroso.


¿Qué pasó con las órdenes de arresto y extradición que mandó el juez a El Salvador?

Que estas órdenes hayan sido incumplidas significa que El Salvador como estado ha incumplido sus obligaciones legales nacionales e internacionales. Si los imputados deciden salir de El Salvador pueden ser arrestados en cualquier momento, y no tengas duda que otros países mucho más responsables con su legalidad que El Salvador lo harán. Estados Unidos no puede optar por deportar a Montano porque una extradición es más importante y es fruto de un proceso penal. La única opción de Estados Unidos sería extraditar a Montano a El Salvador, pero para eso, obviamente, la Fiscalía General salvadoreña tendría que abrir una investigación y formalmente imputar a Montano y al resto del alto mando implicado. Si la Fiscalía General de El Salvador decide hacer eso, yo misma le haré entrega de todo lo actuado e investigado y con el juez Velasco apoyaremos todo su trabajo, como hicimos con Guatemala y otros tantos lugares, pero como eso no creo que vaya a ocurrir, Estados Unidos tendrá que cumplir con su obligación de extraditarlo a España.

Hagamos de caso que Estados Unidos concede la extradición y que Montano se sienta en el banquillo frente al juez Velasco, ¿qué sigue?

En el momento en que Montano llegue a España pasará a disposición judicial, entrará en prisión preventiva y se preparará todo para la apertura de juicio oral, que será ante tres magistrados y un tribunal colegiado en la Audiencia Nacional


General Vargas: "Motivos ideológicos generan volátiles hipótesis"

 El general Mauricio Ernesto Vargas será el encargado de refutar los argumentos sobre el pasado de su congénere y colega en el ejército. El 15 de abril de 2013, la defensa de Montano introdujo un escrito de 63 páginas en el que Vargas intenta deslindar a Montano de cualquier responsabilidad en los asesinatos de los Jesuitas



General Mauricio Ernesto Vargas
El general firmó su testimonio el 10 de febrero de 2013 ante los oficios del notario Ernesto Fernández Serrano. La principal hipótesis ahí escrita: la masacre de la UCA fue un “acto criminal, un lamentable hecho” por el que la justicia salvadoreña ya juzgó y condenó a “varios militares por delitos de asesinato, terrorismo y encubrimiento” y que el coronel Inocente Orlando Montano nada tiene que ver con aquello.

Vargas, en su testimonio, considera que al vincular a Montano con la mascare, el Gobierno de los Estados Unidos presentados a través del fiscal John Capin y el testimonio de la profesora Terry Karl de Stanford obstaculizan la democratización de El Salvador.

“Vincular en este caso y atribuir sin pruebas violaciones a derechos humanos a funcionarios y militares profesionales que se entregaron durante esa difícil década a la defensa legítima del país, fue y sigue siendo una estrategia utilizada por sectores que se oponen a la democratización del país y que buscan en el desprestigio de sus oponentes el logro de sus oscuros intereses”, escribe Vargas en los comentarios iniciales de su testimonio.

Más adelante, el general asegura: “Inocente Orlando Montano no conspiró con otros oficiales de alto rango para incitar el asesinato de los sacerdotes jesuitas y las dos mujeres; Montano nunca encubrió las investigaciones de este crimen y nunca trató de bloquear los Acuerdos de Paz durante el conflicto armado”.

Imagen tomada del informe presentado por el general Vargas como prueba de descargo
El informe

El general divide su escrito en en siete secciones, en las que expone sus puntos de vista sobre el conflicto armado de los 80, el rol de la Fuerza Armada de El Salvador en el mismo, su versión de apuntes biográficos del coronel Montano, la jurisprudencia salvadoreña alrededor del caso y su versión de la “ofensiva final del FMLN y la muerte de los Jesuitas”.

Los dos primeros apartados sirven al general para resumir la línea narrativa con que el ejército salvadoreño explicó la guerra: El Salvador estaba bajo una agresión comunista internacional, cuya punta de lanza en el país era el FMLN, y las Fuerzas Armadas se embarcaron en una gesta de legítima defensa contra aquella conflagración. Los títulos de las dos primeras secciones son sugerentes: “El conflicto interno en El Salvador y el rostro del agresor tras el poder” nombra Vargas a la primera sección, en la que desmenuza en varios literales su versión operativa de la guerra; “La Fuerza Armada de El Salvador durante la legítima defensa ante la agresión insurgente (1980-1992)”, es el título de la segunda sección.

Vargas ocupa los dos últimos apartados para argumentar específicamente sobre la inocencia de Inocente Montano, y así titula: “Desvinculación de Inocente Orlando Montano de los hechos del 16 de noviembre de 1989” y “Argumentos falsos versus hechos reales”.

La defensa de Montano presentó su hoja de servicio militar
En sus comentarios iniciales y en las conclusiones, Mauricio Ernesto Vargas plantea una serie de preguntas encaminadas, se entiende, a desvincular a Montano de los crímenes, a poner en tela de juicio la investigación actual alrededor del caso Jesuitas y a resaltar que en el proceso que lleva el juzgado sexto de la Audiencia Nacional en Madrid por la masacre de la UCA los alegatos contra el coronel son periféricos.

¿Por qué fue el único miembro del alto mando militar que no fue llamado a declarar durante el juicio en El Salvador? ¿Por qué en la presentación de la querella (en Madrid) la participación de Montano es periférica o simplemente dejada a la intuición? ¿Si el FMLN es fuerza de poder político en la Asamblea desde 2000 por qué no se enjuicia a Montano por las violaciones por las que el FMLN lo acusó en el pasado? ¿Será que estas acusaciones no tienen fundamento?, pregunta el militar.

Esta programado que este día el general Mauricio Ernesto Vargas y su contraparte, la profesora Terry Lynn Karl -experta presentada por el Gobierno de Estados Unidos- tengan tiempo para exponer sus argumentos ante la corte del juez Donald Woodlock en Boston.

lunes, 19 de agosto de 2013

En Boston se decide sobre la justicia en el caso Jesuitas

El jueves 22 de agosto a las 9:00 a.m. el juez Donald Woodlock abrirá la audiencia para dictar sentencia contra el coronel Inocente Orlando Montano, que en 2012 se declaró culpable de fraude migratorio y perjurio por mentir, en sucesivas aplicaciones al TPS, que nunca había pertenecido a una institución o grupo armado. El Gobierno de los Estados Unidos ha pedido 51 meses de prisión para Montano, la máxima pena aplicable para este tipo de delitos. Si el juez concede una sentencia larga, dicen especialistas en Washington y Madrid, podrá dar tiempo a funcionarios de ambas capitales a tramitar la petición de extradición que Eloy Velasco, el juez sexto de la Audiencia Nacional de España, hizo en 2011. Y si Montano llega a Madrid, Velasco podrá abrir el proceso a etapa de sumario, con lo que todo lo asentado en las investigaciones se abriría al público.

Otros textos que he escrito sobre este caso:

http://aulablog.net/2013/04/05/is-the-truth-finally-arriving-in-el-salvador/

http://www.democracyinamericas.org/around-the-region-blog/hector-silva-avalos-the-montano-affair-a-last-chance-for-justice/

Aquí el texto publicado el martes 20 de agosto de 2013 en La Prensa Gráfica

Extracto de la acusación presentada al Juzgado Sexto de la Audiencia Nacional de España




España ya pidió a EUA que entregue a Montano por caso Jesuitas


El futuro inmediato de Inocente Orlando Montano pasa una corte de Massachusetts, EUA, que el jueves decidirá si lo manda a la cárcel y por cuánto tiempo en un caso por fraude migratorio y perjurio. Lo que sigue para el militar, implicado por un juez español en la masacre de los jesuitas en El Salvador, pasa por la petición de extradición que la Audiencia Nacional en Madrid hizo a Washington en 2011.

Héctor Silva Ávalos*

La justicia española propuso el 4 de noviembre de 2011 por primera vez al Gobierno de Madrid que solicitara a Estados Unidos la extradición del coronel Inocente Orlando Montano, procesado en España por los delitos de asesinato, terrorismo y crímenes de lesa humanidad o contra el derecho de gentes relacionados a los asesinatos de 6 sacerdotes jesuitas y dos de sus empleadas en San Salvador el 16 de noviembre de 1989. Así consta en el auto de sumario 97/2010 del Juzgado Central de Instrucción número 6.

Se ha acordado proponer al Gobierno de España interese del Gobierno de los Estados Unidos de América se solicite a la Autoridad Judicial competente la extradición del indicado procesado para ser enjuiciado por los tribunales españoles por los delitos por los que fue procesado y concretamente por la audiencia nacional. Y es por lo que espero se autorice la extradición de Inocente Orlando Montano...”, dice el oficio firmado por el juez Eloy Velasco.

Una fuentes judicial española asegura que el proceso ya está en trámite formal y que ya hay pláticas entre Washington y Madrid al respecto.

Velasco también pidió en extradición a otros 14 militares relacionados con el caso jesuitas. Esos oficiales, miembros todos del alto mando de la Fuerza Armada cuando miembros el Atlacatl perpetraron la masacre en el campus universitario, viven en El Salvador, pero la posibilidad de que comparezcan por los asesinatos ante el juez en Madrid se cerró luego que el Gobierno de Mauricio Funes decidiera no hacer efectivas las órdenes internacionales de repatriación y captura giradas por la autoridad judicial española en mayo de 2011.

Ponce (fallecido), Bustillo, Montano y Zepeda, 4 acusados



Hoy, dice la fuente española, si Montano es extraditado a Madrid tras cumplir la sentencia que le imponga el tribunal que en Boston lo procesa por fraude migratorio, el juez Eloy Velasco contará con un acusado presente y podrá abrir el juicio por la masacre, con lo cual todos los testimonios e investigaciones hechos hasta la fecha quedarán asentados en la corte.

El proceso legal en España inició a principios de 2009 por petición del Centro deJusticia y Rendición de Cuentas basado en San Francisco, Estados Unidos y la Asociación Pro Derechos Humanos de España en representación de las víctimas.

En Boston

El juez Donald Woodlock está a punto de cerrar el primer capítulo de la saga judicial del coronel Montano, el único de los militares salvadoreños acusados de participar en la planificación, ejecución y encubrimiento de la masacre que, hasta ahora, ha debido responder frente a un juez por aquellos hechos.

El próximo jueves 22 de agosto, en una de las salas del edificio judicial Joseph Moakley de Boston, el juez Woodlock abrirá la audiencia definitiva de sentencia contra Montano, quien en diciembre de 2012 se declaró culpable de perjurio y fraude migratorio por mentir en su aplicación para optar el Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés).

Fuentes judiciales cercanas al caso aseguran que el juez oirá testimonios de expertos para determinar si los alegatos de violaciones a los derechos humanos que pesan contra Montano, entre ellos su participación en la masacre de la UCA, pueden considerarse antecedentes criminales suficientemente graves como para imponer la prolongada pena que pide el Gobierno: 51 meses en prisión, es decir, cuatro años y tres meses.

Óscar Cruz Jr., el defensor del coronel Montano, ha pedido al juez Woodlock que otorgue medidas sustitutivas, como arresto domiciliar.

La Fiscalía cuenta con el testimonio experto de Terry Lynn Karl, una catedrática de la universidad de Stanford, en California, que ha brindado testimonio en otros casos que el Gobierno estadounidense ha abierto contra militares salvadoreños. La defensa ha presentado, como testigo de descargo, al general Mauricio Ernesto Vargas, uno de los firmantes del Acuerdo de Paz salvadoreño y ex compañero de tanda de Montano en el ejército.

Los abogados, tanto el fiscal como el defensor, tienen el derecho de llamar a los testigos al estrado para contra-interrogarlos.

Al final de la audiencia, que está programada a iniciar el próximo jueves a las 9 de la mañana y puede prolongarse más de un día, Woodlock deberá anunciar su decisión respecto al tiempo que Montano pasará en la cárcel o, si es el caso, si le dará alguna medida sustitutiva.

Fuentes políticas y judiciales en Washington han explicado que el tiempo de prisión es clave de cara a la petición española de extradición.

La relación entre la sentencia de Boston y el caso en España, explica una fuente del congreso estadounidense y una judicial española, es que si Woodlock da una sentencia larga, Washington y Madrid tendrán tiempo suficiente para evadir cualquier obstáculo procesal, judicial o político en el proceso de extradición.

El asunto del pasado criminal

Según el expediente criminal 12-CF-10044 introducido por los fiscales John A. Capin y Donald L. Cabell a la corte distrital de Massachusetts a las 2:42 de la tarde del 8 de febrero de 2012, Inocente Orlando Montano reside en Estados Unidos desde 2002 y mintió sobre su pertenencia a un grupo armado y sobre su fecha exacta de entrada al país en sucesivas aplicaciones al TPS.

El 14 de enero pasado, el juez Woodlock llamó a la primera audiencia para emitir sentencia contra Montano por esos cargos, pero la decisión se postergó porque la defensa pidió tiempo para refutar los argumentos de los fiscales.

El Gobierno de Estados Unidos había alegado que las violaciones a los derechos humanos atribuidas a Montano cuando fue Viceministro de Defensa en El Salvador y en otros puestos de mando en el ejército valían como antecedentes criminales, una de las dos variables que la ley estatal de Massachusetts da a un juez para determinar tiempo en prisión -la otra variable es la gravedad del delito.

La profesora Karl preparó un documento que la Fiscalía presentó a la corte el 12 de enero de 2013, en el cual sostiene que Montano participó en una conspiración para asesinar a los jesuitas y luego en una operación institucional de encubrimiento que abarcó a todo el estado salvadoreño.

Además, la catedrática presentó una base de datos en la que incluyó todas las posiciones de mando del coronel y casos de violaciones de derechos humanos atribuidos a tropas bajo su mando: 1,169 casos de violaciones, que incluyen al menos 65 asesinatos, 520 víctimas de torturas y 51 desaparecidos.

La defensa alegó que el coronel está limpio, y como prueba presentó hojas de récord policiales emitidas en El Salvador y cartas firmadas por ex funcionarios salvadoreños, entre ellos el ex presidente Alfredo Félix Cristiani, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas cuando Montano era parte del alto mando y cuando ocurrió la masacre de la UCA.

En una respuesta escrita al testimonio de Karl, introducida por la defensa el 15 de abril de 2013, el general Vargas alega que Montano es un oficial “decente” que “defendió al país de un ataque” y que no tenía porque estar enterado si sus subalternos cometían violaciones a los derechos humanos.

El 12 de agosto, el Gobierno de Estados Unidos volvió a responder en un duro escrito en el que, de entrada, desacreditan a Vargas como testigo confiable porque, dicen, fue colega de tanda de Montano, no cumple con el requisito de tener credenciales académicas que lo acrediten como experto y él mismo ha sido acusado de violaciones a derechos humanos. La defensa también destaca que Montano fue entrenado por Estados Unidos, algo que el fiscal Capin considera irrelevante.

El Salvador, sus crímenes de guerra, y de una de sus masacres más emblemáticas llegarán otra vez a la corte de Boston en unos días. Y aunque este no es un juicio sobre la historia de la guerra civil salvadoreña o sobre la masacre en la UCA, el juez Woodlock sí decidió que revisar el pasado del coronel Montano para determinar si violó derechos humanos de sus compatriotas cuando estuvo de alta en el ejército.

*El autor es Investigador Asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos de la American University en Washington, DC.






lunes, 5 de agosto de 2013

¿La tapadera de la cloaca?

Versión en español de artículo publicado en InSightCrime.org Aquí en inglés.

La captura del Burro Herrera, supuesto miembro del cartel de Texis, es, según tres fuentes salvadoreñas y una en Estados Unidos, parte de una investigación más amplia que la Fiscalía salvadoreña ha basado en gran parte en información producida desde hace al menos cuatro años por la inteligencia policial y por datos recogidos desde el centro de escuchas telefónicas.

No parece un tipo amigable Roberto Antonio Herrera Hernández, alias El Burro, el ganadero santaneco de quien las autoridades salvadoreñas dicen ahora que investigan por robar carros y por narcotráfico, por ser miembro del cartel de Texis. En las fotos que de él circulan por las páginas de los medios impresos salvadoreños suele aparecer con una mueca de disgusto o con el gesto exasperado señalando a la cámara.

Roberto Antonio Herrera Hernández, alias El Burro. Foto tomada de La Prensa Gráfica


En 2007, Herrera Hernández desmostró su mal carácter a un hombre que tuvo la mala suerte de encontrárselo en una lotificación del caserío Azacualpa de Texistepeque. José Adeli Sandoval Linares, de 46 años, había llegado a la lotificación a recoger unos documentos, según consta en una denuncia puesta en la PNC el 15 de julio. Ahí, en la entrada, estaba el Burro Herrera:

  • ¿Qué estás haciendo aquí?, preguntó Herrera.

  • Vengo a recoger unos recibos, respondió Sandoval.

  • Mirá, yo tengo muchos problemas y muchos enemigos y no te quiero ver aquí. Te me vas...

  • Esos son tus problemas, desafió el visitante.

El Burro Herrera sacó su arma de fuego y ofreció una solución al tema: “Pues si querés ahorita mismo nos damos verga”... Esa vez, al menos, nadie murió.

El martes 23 de julio pasado, cuando la Policía lo presentó esposado ante medios de comunicación salvadoreño después de capturarlo por robo de carros, Herrera Hernández se desahogó con una declaración enigmática: “Soy el papel higiénico de este país”, dijo antes de explicar que, según él, su captura se debía a que había decidido no aceptar un chantaje al que querían someterlo personajes políticos importantes. La confesión, por supuesto, paró ahí, pero sirvió para añadir una pieza más al rompecabezas del narcotráfico, el lavado de dinero y la complicidad del estado salvadoreño con el crimen organizado. La vieja y productiva “protección política” que el cartel de Texis, la supuesta organización narco a la que pertenece el Burro, y Los Perrones reciben desde hace un buen rato según dejó establecido el año pasado un informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen.


La Prensa Gráfica relató así las declaraciones de Herrera Hernández: “El trato ofrecido fue desvanecer toda la investigación del cartel de Texis –cuya existencia calificó de “invento”– a cambio de $200,000 por cabeza. 'Soy un chivo expiatorio de alguien aquí, todo ha sido basado en una extorsión', dijo ”.

En febrero de 2011, cuando el Centro de Inteligencia Policial lo detuvo atendiendo a una petición estadounidense, el Burro Herrera no apareció tan feroz ante sus captores, según dos agentes que participaron en aquel operativo. Es más, dice uno de ellos que el hombre estaba resignado desde el principio: suponía que sus días de impunidad en El Salvador habían terminado y que le tocaba volver a Estados Unidos, donde de poco le servían los contactos hechos en la feria ganadera de Santa Ana, el paraguas de sus contactos políticos o sus tratos con oficiales de la PNC.

Así reproduce uno de los oficiales la conversación que sostuvo en 2011 con Herrera Hernández tras comunicarle que lo iba a retener en vías de confirmar la validez de la orden estadounidense:

  • 'Cuidá al niño y vendé todo lo que tenemos', eso fue lo que le dijo a la esposa cuando le habló después que lo detuvimos, que ya lo teníamos en el laboratorio en San Salvador cotejando sus huellas. Él sabía para donde iba y sabía que si lo mandábamos para el norte de esa no se escapaba. Una cosa es aquí, en El Salvador, donde él a esas alturas ya tenía comprados a un montón de políticos y policías. Otra cosa es en el norte”.

Hoy, según una fuente de la Fiscalía salvadoreña, dos de la PNC y una fuente estadounidense, la captura del Burro puede marcar el inicio de una operación más grande contra Texis, que podría llegar hasta José Adán Salazar, alias El Diablo, líder de la banda según una investigación periodística de El Faro, o a José Misael Cisneros, el narco-pandillero de la MS13 a quien el Departamento del Tesoro de Estados Unidos marcó como objetivo de persecución policial junto a otros cinco miembros de la pandilla.

El Burro Herrera, el Diablo Salazar y Medio Millón Cisneros aparecen en informes policiales al menos desde 2009, año en que la PNC, en virtud de la orden circular No. 009-12-2008 que había firmado el entonces director Rodrigo Ávila, abrió varios expedientes de investigación a los que denominó “Caso Límites”, “Terraza”, “MAOO”, “Metapán”.
 

En uno de esos informes se lee: “El Burro, o el Coyote, de nacionalidad salvadoreña, quien es uno de los principales cabecillas de una fuerte estructura delictiva dedicada al trasiego de droga en la zona occidental del país, además es vinculado a miembros de la pandilla MS y al grupo de exterminio los Zetas, en Guatemala y México...

“Dicho narcotraficante desde hace varios años se moviliza libremente, jactándose de que tiene buenas influencias políticas con altos mandos policiales y con otros funcionarios públicos importantes.”

Al Burro lo asustaron en 2011. A MedioMillón intentaron capturarlo en 2010 con un cinematográfico operativo policial que, según un investigador de la misma PNC, se vino abajo por filtraciones que llegaron desde la DAN y desde un oficial destacado en Chalatenango: un subinspector al que testigos ya habían acusado por malos procedimientos en Quezaltepeque y a quien la Fiscalía nunca investigó por eso.

Todo eso paró entre noviembre de 2011 y mediados de 2013, cuando los generales David Munguía Payés y Francisco Salinas se hicieron cargo de la seguridad pública de El Salvador. La llegada de los dos militares supuso el cambio de estrategia del estado salvadoreño: del intento de ataque al silencio.


Si no hay rastros de cocaína hay rastros de plata”

El expediente policial del Burro Herrera no empezó a escribirse con Texis.

El 4 de septiembre de 1993 la Unidad Ejecutiva Antinarcotráfico de la vieja Policía Nacional, a medio camino de desmovilizarse tras el Acuerdo de Paz, lo detuvo en la casa número 4 de la calle Álvarez en la colonia Roma de San Salvador por falsificación de marcas. Entre el 92 y el 93 fue detenido cinco veces por dos cargos de lesiones menos graves y tres cargos de estafa relacionados con el tráfico de indocumentados, según consta en viejos expedientes policiales. Entre 2005 y 2006 fue detenido otras dos veces, por amenazas con agravación especial y por tenencia, portación o conducción de armas de guerra.

El 18 de abril de 2012, tras haberse librado del intento de captura que el CIP había realizado el año anterior, un informe del Organismo de Inteligencia del Estado ubica al Burro Herrera recogiendo tres millones de dólares en un contenedor que había ingresado en un furgón procedente de Costa Rica. El reporte de un equipo de vigilancia estatal dice que Herrera Hernández hizo la diligencia en a bordo de un Toyota Land Cruiser modelo 2005 placas P122-119, registrado a nombre de un lugarteniente del Diablo Salazar.

Por ahora, la Fiscalía General capturó a Herrera Hernández bajo cargos de robo de autos. El Ministro de Seguridad, Ricardo Perdomo, sucesor de Munguía Payés, ha dicho que las investigaciones por narcotráfico están abiertas.

Un policía salvadoreño explica que, en este caso de Texis y el Burro, los esquemas de lavado a los que la organización está vinculada son incluso más importantes que la droga misma. “Vos crees que les van a hallar la coca, o que andan la coca en sus carros. Lo que mueven es la plata. Si no hallan rastros de la cocaína hay rastros de la plata. El problema es que la Fiscalía no tiene un buen récord en estas investigaciones”, dice.

De hecho, la Fiscalía no tiene un buen récord en casos de lavado de dinero: entre 2010 y este año solo ha procesado a 13 personas, todas capturadas en flagrancia, ninguna luego de investigaciones de la unidad pertinente en el Ministerio Público. Y, según el informe de delitos financieros en el mundo del Departamento de Estado de Estados Unidos para 2013, El Salvador solo logró cuatro condenas en firme contra lavadores, la cifra más baja de Centroamérica junto a Costa Rica.

En 2008, con asesoría de Estados Unidos, Fiscalía y PNC trataron de llevar adelante una investigación similar que relacionara embarques de cocaína con fachadas financieras para blanquear el dinero. La banda se llamaba Los Perrones y la operación fue un rotundo fracaso por las mismas causas que el Burro Herrera ha podido, según los récords policiales y la inteligencia estatal, seguir operando a pesar de su nutrido expediente: protección desde la PNC y poca capacidad de la Fiscalía para montar un caso de delitos financieros.

Al Diablo, si lo van a agarrar de verdad, lo tienen que agarrar por evasión, por tema financiero, por sus hoteles, sus negocios agrícolas... jamás le van a hallar coca”, dice el policía salvadoreño. Si lo van a agarrar...

jueves, 1 de agosto de 2013

Texis: Otra foto de familia (Actualización)

En esta foto aparecen tres de los hombres a los que la investigación de elfaro.net, así como expedientes de la inteligencia policial y hoy una investigación en curso por narcotráfico y lavado de dinero vinculan con los grupos de crimen organizado que operan en el occidente de El Salvador:

Juan Umaña, en el extremo izquierdo. Roberto Herrera Hernández, el Burro, de pie al centro con camisa azul a rayas y sombrero blanco, y José Adán Salazar, alias el Diablo, sentado de camisa celeste y sombrero blanco con cinta oscura.


El martes 23 de julio pasado, cuando la Policía lo presentó esposado ante medios de comunicación salvadoreños después de capturarlo por robo de carros, Roberto Herrera Hernández, el Burro, se desahogó con una frase enigmática: "Soy el papel higiénico de este país", dijo antes de explicar que, según él, su captura se debía a que había decidido no aceptar un chantaje al que querían someterlo personajes políticos importantes. La confesión, por supuesto, paró ahí, pero sirvió para añadir una pieza más al rompecabezas del narcotráfico, el lavado de dinero y la complicidad del estado salvadoreño con el crimen organizado. La vieja y productiva "protección política" que el cartel de Texis, la organización de narcos con la que las investigaciones vinculan al Burrro, y Los Perrones reciben desde hace un buen rato según dejó establecido el año pasado un informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen.