Las esquinas que siguen ocultas
Texis.
Mucho se habla de Texis estos días. La Prensa Gráfica recién reveló, en un reportaje, los alcances internacionales de algunas personas relacionadas a la organización de lavadores y narcotraficantes del occidente salvadoreño, una de las dos de las que la ONU dice han actuado en El Salvador a la sombra de la protección que les han dado policías y políticos. El Faro sacó, también hace poco, una entrevista con Wilfredo Guerra, otro hombre cercano a Texis.
Mucho se habla de Texis estos días. La Prensa Gráfica recién reveló, en un reportaje, los alcances internacionales de algunas personas relacionadas a la organización de lavadores y narcotraficantes del occidente salvadoreño, una de las dos de las que la ONU dice han actuado en El Salvador a la sombra de la protección que les han dado policías y políticos. El Faro sacó, también hace poco, una entrevista con Wilfredo Guerra, otro hombre cercano a Texis.
Los periodistas siguen escarbando. Las autoridades, sin embargo, hacen mutis o investigan a medias. Las investigaciones de la Fiscalía se han detenido en el Burro Herrera, un mando medio del Cartel, y han dejado del lado a José Adán Salazar Umaña, alias Chepe Diablo, el supuesto líder de la organización. Tampoco hay investigaciones o expedientes abiertos contra ningún policía señalado por vínculos con Texis, como el actual sub-director de Investigaciones de la PNC, el comisionado Héctor Mendoza Cordero. Y ni señales de las implicaciones políticas y de las relaciones entre funcionarios de elección popular como Juan Samayoa -investigado también por supuestos nexos con Texis según me confirmaron en Estados Unidos fuentes que conocen sobre las pesquisas en torno a la organización- y Herbert Saca, asesor de dos presidentes salvadoreños, su primo Tony, y el actual mandatario, Mauricio Funes. (Pedí varias veces el año pasado, a través de asistentes y su secretaria, platicar con Hebert Saca, pero nunca correspondieron).
Ricardo Menesses (camisa blanca) con una gaseosa en la mano y Carlos Barahona (a) Chino Tres Colas. |
La PNC.
Ante las investigaciones, la inteligencia policial, supervisada por el comisionado Mendoza Cordero y dirigida por el comisionado Óscar Hernández Aguilar, de alias Cachorro, optó por una purga interna en busca de, según dicen cuatro policías afectados, "soplones" que filtraron a periodistas e investigadores información sobre Texis o sobre algunos aspectos de la participación de agentes del estado en la tregua entre pandillas. En el 2011 hubo, en la Policía, una purga de agentes e investigadores no afines a los mandos que llegaron de la mano de Munguía y del director Francisco Salinas; la depuración adquirió, al menos desde 2012, forma de acoso legal contra antiguos investigadores de la inspectoría o detectives que trabajaron sobre Texis, Los Perrones y sobre las clicas Fulton, Normandies y Sailors de la MS por sus asociaciones con los grupos de narcotráfico. Así me lo confirmaron en San Salvador, entre diciembre de 2013 y enero de este año, media docena de policías.
Hoja de traslados de algunos policías que investigaron crimen organizado, firmada por el entonces director, general Francisco Salinas. |
A Mendoza Cordero -también señalado por su título universitario irregular- y a "Cachorro", sin embargo, nadie los investtiga. Como nadie investigó en su momento al director Ricardo Menesses cuando convivía con Carlos Alberto Barahona, alias Chino Tres Colas, uno de los líderes de la pandilla Barrio 18. Nadie, de hecho, investiga a policía alguno del mando ejecutivo...
Y nadie habla en serio de crimen organizado.