No son solo las importaciones de
granos. Son los hoteles, sus acciones en una empresa constructora,
sus transacciones bancarias. Washington está interesado en el origen
de todos los activos del presunto líder del Cártel de Texis.
Fue el dinero. No fue la droga que investigaciones de la policía salvadoreña vinculaba a algunos de sus socios. Fue la plata la que llamó la atención de los investigadores de varias agencias federales de aplicación de la ley en Washington y San Salvador. José Adán Salazar Umaña, alias Chepe Diablo, era un hombre con demasiado dinero en una economía que, de acuerdo al Departamento de Estado, es muy vulnerable al lavado.
“Hay aún mucho dinero que él
(Salazar) no es capaz de justificar. Eso es lo más importante en
estas investigaciones”, me confirmó en la capital estadounidense un
agente federal relacionado con las pesquisas en torno a Chepe Diablo
tanto en San Salvador como en Washington.
Una investigación que hice para La Prensa Gráfica
reveló que Salazar Umaña había quintuplicado sus rentas en 6 años:
de reportar 2.7 millones de dólares en 2004 pasó a reportar 13.06
millones en 2010. “Eso no es en principio ilegal, pero hay buena
parte de ese dinero para el que no hay explicación, y hay más plata
que está fuera de las declaraciones (que Salazar hizo al fisco
salvadoreño)”, me dijo un investigador salvadoreño que ha estudiado
las finanzas de Chepe Diablo desde principios de la década de 2000.
El agente federal estadounidense, quien
habló con condición de anonimato para poder discutir una
investigación en curso como esta, me aseguró también que varias
agencias del gobierno estadounidense participan de las pesquisas: el
FBI, la DEA y el Departamento del Tesoro, a través de su Oficina de
Control de Bienes Extranjeros (OFAC, en inglés). Fue OFAC la que
informó a la Casa Blanca sobre Salazar Umaña y su dinero, y fue
basado en ese informe que el presidente Barack Obama incluyó el 31
de mayo pasado al empresario salvadoreño en la lista de capos
internacionales del narcotráfico.
A partir de la designación hecha por
Obama, de acuerdo al investigador federal y otras dos fuentes que han
estado relacionadas con el caso, OFAC ha enviado cartas a proveedores
estadounidenses que tenían tratos comerciales con Salazar Umaña,
sus empresas o algunos de sus socios para que los terminen.
Al menos dos empresas, Chevron y ADM,
han recibido comunicaciones de OFAC, según las fuentes
estadounidenses. La primera empresa, petrolera, vendía a Salazar
Umaña, quien llegó a tener en propiedad al menos 8 gasolineras. La
segunda empresa, de insumos agrícolas, abastecía a Gumarsal,
empresa de la que Salazar Umaña fue socio fundador, según consta en
el Registro de Comercio y en archivos policiales en El Salvador.
El agente federal estadounidense
confirmó, también, que las pesquisas se extienden ahora a más
empresas de Salazar Umaña, sobre todo en el rubro hotelero.
Más dinero que droga
El Salvador es un país que, según el
Departemento de Estado (DOS, en inglés), provoca preocupación a las
autoridades estadounidenses por su potencial para servir como base a
lavadores de dinero del narcotráfico y otros ilícitos relacionados
al crimen organizado en Centro América. En 2014, el DOS incluyó al
país, por cuarto año consecutivo, en una lista de países que no
cumplen con algunas regulaciones para vigilar dineros sospechosos,
como los de Salazar Umaña.
En el estadio Jorge Calero Suárez hay publicidad de algunas de las marcas que investigaciones policiales han asociado con Salazar Umaña y el Cartel de Texis desde finales de la década pasada. |
El Cartel de Texis, la organización
criminal con la que las autoridades salvadoreñas relacionan a
Salazar Umaña desde al menos 2008, maneja en su portafolio legal
empresas dedicadas a la importación y exportación, la hotelería,
el transporte de carga y la producción agrícola.
De acuerdo a una fuente del Ministerio de Hacienda salvadoreño que ha colaborado con las
investigaciones estadounidenses en torno a Salazar Umaña y el grupo
de narcotráfico al que se le asocia, el Cartel de Texis se
espacializó, desde mediados de la década pasada, en el lavado de
activos. Este investigador que también estudió las finanzas de Los
Perrones, el grupo de narcotráfico del oriente salvadoreño, hace la
siguiente comparación: “Los Perrones movían droga sobre todo, ahí
están las condenas por eso, y habían empezado con algunas empresas
pequeñas para lavar ganancias, pero la gente de Texis tiene un
esquema más complejo de empresas y relaciones comerciales que son
como muchas empresas del país que no reportan todo lo que les
entra... en el país hay circulando mucha plata que no sabemos de
dónde viene”.
Una vieja investigación
El nombre de José
Adán Salazar Umaña, sus datos generales, su alias y sus empresas
aparecen en el anexo 16 de un informe que el Centro de Inteligencia
Policial elaboró entre 2008 y 2010 sobre grupos de narcotráfico y
lavado en el occidente del país. Al principio, el informe llevó el
título “Límites”. “Era una organización grande, que
trabajaba sobre todo en la frontera, por eso le pusimos ese nombre”,
dice uno de los policías que participó en la investigación.
En la página 60
de ese documento -de 128 folios- empieza un cuadro que resume las
actividades económicas y comerciales de Chepe Diablo hasta 2009.
Dice el reporte
que a partir de ese año, Salazar Umaña fue autorizado como
importador de lubricantes y combustibles y que tenía participación
directa en 4 sociedades: Hoteles Salvadoreños S.A. De C.V., con el
60% de las acciones; Servicios Logísticos S.A. De C.V., dedicada al
transprote de carga y personas y a trámites aduanales, con el 34% de
las acciones; Inversiones Salazar S.A. De C.V., dedicada a la compra
de carteras de inversiones, con el 70%; y Servicios Turísticos S.A.
De C.V., dedicada a la administración de hoteles, con el 70% de las
acciones.
El reporte también
consigna que, en 2009, Salazar Umaña era dueño de 2,448,078 metros
cuadrados de tierras, repartidos en 6 propiedades rurales y 2
urbanas.
Además, su hijo,
José Adán Salazar Martínez, era en 2009 dueño del 25% de acciones
de Agroindustrias Gumarsal S.A. De C.V., la agroimportadora que Chepe
Diablo había fundado una década atrás junto a uno de sus más
importantes socios: Juan Umaña Samayoa, alcalde de Metapán,
señalado también por las autoridades salvadoreñas de pertenecer al
Cartel de Texis.