InSightCrime publicó el 28 de mayo esta nota sobre un policía cuestionado por nexos con el narcotraficante que, por decisión del ex director de la PNC, general Francisco Salinas -ese día juramentado como nuevo director del Organismo de Inteligencia de El Salvador-, vendrá como agregado policial a Washington.
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Sub-comisionado Luis Ernesto Núñez Cárcamo |
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La protección policial permitió al narcotraficante José Natividad Luna Pereira escapar de El Salvador e instalarse en Honduras, país del que también tiene una partida de nacimiento. En la foto una de las residenciales que Chepe Luna frecuenta en Tegucigalpa según la inteligencia hondureña. |
La embajada de El Salvador en Washington está a punto de convertirse, por segunda vez, en hogar
temporal de un oficial de policía vinculado a José Natividad Luna
Pereira, alias Chepe Luna, un esquivo traficante de drogas, según
confirmaron dos ex ministros y un jefe de investigadores en San
Salvador.
La Cancillería salvadoreña recibió el 30 de abril el oficio en que la
Policía Nacional Civil le informa que el subcomisionado Luis Ernesto
Núñez Cárcamo ha sido designado agregado policial en la embajada de El
Salvador en Washington, DC. Núñez Cárcamo ganará 7,000 dólares al mes;
más que el embajador. Fuentes de Relaciones Exteriores confirman que el
trámite está por pasar al Ministerio de Hacienda, al que toca aprobar
plaza y salario; de ahí, el pasaporte del oficial irá a la embajada de
Estados Unidos en Santa Elena para el visado diplomático respectivo.
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Detalle del instructivo de la PNC firmado por el ex director Francisco Salinas y del salario establecido para el agregado policial en Washington y para su staff. |
En 2009, la Inspectoría General de la PNC le abrió a Núñez un
expediente por “vínculos con el conocido narcotraficante conocido como
Chepe Luna”.
Luna burló a las autoridades salvadoreñas al
menos cuatro veces gracias, entre otras cosas, a que policías de alto
rango le filtraron información sobre operativos que fuerzas de tarea
asesoradas por Estados Unidos montaron entre 2005 y 2006 para
capturarlo.
Núñez es el segundo oficial con supuestos vínculos a Chepe Luna que
ocuparía un puesto importante en Washington. En 2006, el comisionado
Ricardo Menesses, hasta poco antes director general de la Policía
Nacional Civil, fue designado como agregado policial en la embajada ante
la Casa Blanca luego de un retiro silencioso ordenado por el mismo
presidente, según la versión de un ex miembro del gabinete de Saca
involucrado directamente con las investigaciones contra Luna.
“Cuando todos los operativos para capturarlo (a Luna) fallaron, fui a
ver al presidente y le dije: 'hemos quedado avergonzados como país'. A
los pocos días, el presidente me dijo que iba a quitar a Menesses”, dijo
el ex miembro del gabinete quien prefirió el anonimato para hablar con
libertad.
Cómo estos dos oficiales fueron asignados a la sede diplomática más
importante de El Salvador después de estar vinculados con un investigado
por narcotráfico en tres países centroamericanos
revela hasta que punto han penetrado grupos criminales a esta entidad.
Núñez Cárcamo es un oficial con un amplio expediente disciplinario
interno en la Policía e incluso ha sido señalado por testigos en el
Tribunal de Ética Gubernamental de El Salvador en un caso de robo de
café.
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Folio 3 del expediente 66-TEG-2007 del Tribunal de Ética Gubernamental, fechado el 25
de mayo de 2009, en el que un agente relaciona a Núñez Cárcamo con una orden para no intervenir en una denuncia por robo de café. |
Entre 2004 y 2006, la Dirección General de Aduanas, una de las
instituciones salvadoreñas que primero siguió la pista de Chepe Luna,
perfiló a Núñez Cárcamo como uno de los colaboradores del
narcotraficante cuando este se dedicaba al contrabando y al tráfico de
personas. “Tuvimos que maniobrar fuerte desde Hacienda -el ministerio al
que está adscrita Aduanas- para que lo quitaran de Finanzas”, una de
las divisiones de la PNC más infiltradas por el narcotráfico, asegura un
investigador que trabajó entre 2004 y 2009 la investigación de Luna y
la banda de narcotraficantes Los
Perrones.
A finales de 2004, la recién inaugurada administración del presidente
Antonio Saca tomó la sugerencia de la embajada de los Estados Unidos de
crear una fuerza especial de tarea desde los ministerios de seguridad y
hacienda para combatir el contrabando y el tráfico de personas y droga
en el oriente del país, donde empezaba a tomar fuerza un grupo de
empresarios que habían vestido con negocios legítimos fortunas
provenientes del contrabando y que a finales de los 90 empezaron a mover
cocaína de Costa Rica hasta Guatemala, e incluso hasta algunos puntos de la costa este estadounidense.
El primer y más importante objetivo del grupo, asesorado
permanentemente por la DEA y el FBI, fue Luna Pereira, a quien Estados
Unidos seguía de cerca por una orden internacional de captura que una
corte en Nueva York había emitido por tráfico de drogas y porque la
inteligencia nicaraguense lo perfilaba como uno de los principales
traficantes de indocumentados de Centroamérica hacia el norte.
Uno de los ex ministros salvadoreños que lideró la fuerza de tarea y
un jefe de investigaciones salvadoreño que trabajó de cerca el caso de
Luna coinciden en que los operativos contra el narcotraficante fallaron
porque, desde “los más altos niveles de la Policía”, le filtraron
información sobre los planes para capturarlo.
El investigador que trabajó en ese grupo de tarea explica que
perfilaron a Núñez como uno de los hombres más cercanos a Chepe Luna,
“alguien que hasta se subía a los carros con él”.
Antes de eso, Romeo Melara Granillo, inspector general de la Policía
desde 1999 hasta 2009, había abierto expedientes al subcomisionado por
faltas menores. “Le abrían un expediente tras otro, pero siempre lo
protegían”, explica un investigador del Centro de Inteligencia Policial.
En 2007, en un caso diferente, dos agentes declararon ante el
Tribunal de Ética Gubernamental -una institución autónoma del Gobierno
de El Salvador encargada por ley de recibir denuncias de ciudadanos
contra funcionarios públicos- que Núñez Cárcamo les había confirmado una
orden de no recuperar sacos de café que dos hacendadas habían
denunciado como robado. Según las denunciantes, otro hacendado de una
zona cafetera del occidente salvadoreño, de cuya regional policial Núñez
era entonces jefe, era responsable del robo y tenía buenas relaciones
con la Policía. Así consta en el expediente 66-TEG-2007, fechado el 25
de mayo de 2009. En 2010, por este y otros casos similares, el Consejo
Salvadoreño del Café se quejó ante el Ministerio de Hacienda de que
Núñez Cárcamo era “inoperante”.
Fue hasta el 27 de octubre de 2009 que la inspectora Zaira Navas,
nombrada por la administración Funes, abrió un expediente formal contra
Núñez Cárcamo por “vínculos con el narcotraficante José Natividad Luna
Pereira”, según se lee en el informe ejecutivo de la inspectoría para
2010. Testigos citados en ese proceso especificaron que Núñez Cárcamo
destruyó documentos que implicaban a Chepe Luna con varios delitos.
Cuando ex director de la PNC de El Salvador, el general Francisco
Salinas -destituido el 17 de mayo por una resolución de la Corte Suprema
que declaró ilegal al nombre de la Policía por su rango militar-, tomó
posesión en 2012, nombró a un ex juez, Carlos Linares Ascencio, como
inspector general el 16 de julio de ese año tras la renuncia de Navas.
El primer y único acto público de Linares al frente de la inspectoría ha
sido descartar, sin ninguna explicación legal, los 20 expedientes que
Navas abrió en contra de altos oficiales de la Policía por delitos y
faltas que iban desde connivencia con el narcotráfico hasta tortura. El
presidente Funes, que en los primeros dos años de su mandato defendió a
la ex inspectora en foros internacionales y ante sus opositores
políticos internos, ha guardado silencio.
La administración de Salinas, además de borrar el expediente de
Núñez, favoreció al subcomisionado con un viaje a Bogotá a un taller de
Expodefensa según consta en el cuadro de misiones oficiales de la
Policía para 2012, y le otorgó responsabilidad sobre el manejo de un
fondo circulante de 75,000 dólares.
Como agregado policial en Washington, Núñez Cárcamo ganará 7,000
dólares al mes según el instructivo PNC/DC/No. I-0008-02-2013 para la
administración de agregadurías policiales en sedes diplomáticas en el
exterior que el general Salinas firmó el uno de marzo de 2013. Según ese
instructivo en la agregaduría en Washington habrá, además, otros dos
oficiales, un agregado adjunto que ganará 6,000 dólares y un asistente
administrativo que ganará 4,000.
Cuando tome posesión de su nuevo cargo, si lo hace, el subcomisionado
Núñez Cárcamo se convertirá en el segundo allegado de Chepe Luna que se
refugia en la suite 100 del 1400 de la calle 16 de la capital
estadounidense, sede de la embajada, a pesar de investigaciones abiertas
en su contra en dos administraciones presidenciales diferentes por sus
nexos con Luna, y a pesar de que subalternos suyos lo relacionaron con
una red criminal dedicada al robo de café en el occidente de El
Salvador.
La Policía Nacional Civil no respondió a las solicitudes de InSight
Crime de comentar sobre la historia laboral de Núñez y su nuevo cargo en
Washington.
El Antecedente
Menesses nunca fue, en sentido estricto, un agregado policial en la
embajada, sino un ministro consejero, un cargo designado en el escalafón
diplomático salvadoreño para los mandos medios de las embajadas. Por su
calidad de oficial de la PNC, sin embargo, estaba a cargo de revisar y
remitir a El Salvador los listados de deportados con antecedentes
criminales y pandilleros, tarea que se volvió fundamental desde 2006,
cuando la administración Bush ejecutaba la política Comunidades Seguras a
lo largo de Estados Unidos, lo que implicó, entre otras cosas, un
importante aumento en las repatriaciones y roces entre Washington y San
Salvador.
Sin embargo, sus antecedentes fueron aún más conocidos que los de
Núñez Cárcamo. Un informe de la Inspectoría de la PNC, fechado el 24 de
septiembre de 2010, del
que Funes hizo eco ante la asamblea general de Naciones Unidas,
dice: “iniciamos investigaciones por faltas graves y muy graves en
contra del ex director general, a quien se le atribuyó responsabilidad
por el supuesto fracaso de cuatro operativos diseñados para capturar al
reconocido narcotraficante José Natividad Luna Pereira, debido a fuga de
información mientras era director de la institución y vínculos con
dicha persona, protección a una persona vinculada a un delito de
homicidio, enriquecimiento ilícito, entre otras”.
Hace dos semanas, en San Salvador, uno de los investigadores de la
fuerza especial que persiguió a Luna en 2004 confirmó el vínculo.
“Cuando los operativos fallaron los equipos de inteligencia que
vigilaban a Luna en el terreno nos mostraron fotos de Menesses en la
finca que Chepe tenía en Barrancones -en el Golfo de Fonseca, zona de
trasiego de cocaína- en esos días”. Esos equipos de vigilancia era del
Grupo Especial Anti Narcotráfico, el GEAN, una unidad validada por la DEA.
“El caso de Menesses fue luego demasiado evidente. Empezó a comprar
caballos. Pagó cash una casa de más de 100,000 dólares.”, dice el jefe
de investigadores.
Menesses dejó la Policía en 2011 acusado de abandono de trabajo luego
que la Cancillería lo despojara de su inmunidad diplomática cuando la
inspectora Navas hizo públicas las acusaciones por los supuestos
vínculos con Chepe Luna y luego que un periódico publicara una foto de
Menesses,
otrora vocero de la antipandillera Mano Dura, con Carlos Barahona, alias Chino tres colas, líder de la pandilla
Barrio 18.
La salida de Menesses, el primer oficial de carrera nombrado director
general de la Policía por el presidente Francisco Flores en junio de
2003, ocurrió en silencio en diciembre de 2005. Sin escándalos. Saca
había llegado a la presidencia blandiendo, entre otras, la bandera de la
transparencia; la salida de su director de Policía por vínculos con uno
de los narcotraficantes más buscados por Estados Unidos en El Salvador
era un ruido a evitar. La administración ofreció al comisionado
inmunidad diplomática, una plaza de $4,700 mensuales y un sobresueldo no
especificado.
Una Vieja Amistad
A diferencia de Menesses, Núñez Cárcamo vendrá a Washington como un
agregado policial en regla: su puesto depende de la Policía y está
regido por el instructivo firmado por Salinas. Por su escritorio
seguirán pasando las listas de deportados, pero también Denuncia
Express, un programa de denuncia transnacional de extorsiones inaugurado
en 2010 por la administración Funes.
En realidad, estos dos oficiales de la Policía salvadoreña comparten
muchas cosas. Ambos se dieron de baja del ejército el 12 de mayo de 1994
para ingresar in extremis a la recién creada Policía Nacional Civil por
medio del acuerdo ejecutivo 221. Ambos fueron jefes de la cuestionada
División de Finanzas, la primera a la que los contrabandistas de oriente
que luego se convertirían en Los Perrones infiltraron.
Un investigador fiscal que aún trabaja en el Ejecutivo y quien fue
uno de los líderes en las investigaciones contra Los Perrones, resume la
relación entre Menesses, Núñez Cárcamo y otros oficiales: “En 2004,
cuando Menesses era director, Hernández Aguilar -actual jefe del Centro
de Inteligencia Policial- era jefe de Finanzas, desde Hacienda hubo
presión para quitarlo, porque estaban favoreciendo a Chepe Luna y a Los
Perrones; Menesses puso a Núñez y todo siguió igual, la mafia
siguió...”. Uno de esos oficiales pasó por Washington. Otro está a punto
de venir.