Los papeles del Caso Jesuitas
Tres investigadores estadounidenses dijeron a Roberto d´Aubuisson el 5 de diciembre de 1989 que él era "el principal sospechoso" en el asesinato de los jesuitas de la UCA y que sería investigado. El fundador de ARENA reaccionó molestó y dijo que ya antes había sido acusado de cosas similares y había salido bien librado. Luego ofreció su colaboración en las pesquisas y sugirió que el Ministerio de Justicia -incluso llamó por teléfono al ministro en ese momento- creara una especie de jurado especial para el caso. Dos días después, d´Aubuisson llamó a uno de los agentes de Estados Unidos para decirle que una fuente de la Fuerza Aérea de El Salvador le había dicho algo sobre la autoría de la masacre: "Que el general Juan Rafael Bustillo puede estar vinculado al crimen de los Jesuitas. D´Aubuisson dijo que Bustillo habló con sus superiores el día antes de la masacre y dijo en una reunión que 'había que hacer algo con' los Jesuitas. D'Aubuisson también implicó a al mayor Roberto Leiva Jacobo en los asesinatos, pero fue vago respecto al rol de Leiva", según se lee en el cable 1010z11zz de diciembre 89 del Departamento de Estado desclasificado durante la administración del presidente Bill Clinton y que es hoy parte de la colección del National Security Archive de la George Washington University.
Parte del informe desclasificado que revela la visita, hicieron al diputado Roberto d'Aubuisson el 5 de diciembre de 1989 en la Asamblea Legislativa |
En el primer reporte que Washington recibió desde su embajada en San Salvador, la fuerza especial de tarea hace tres revelaciones importantes que ya en esa etapa temprana de la investigación hacían pensar que eran las Fuerzas Armadas las que estaban detrás de los asesinatos: 1. La implicación directa que Roberto d´Abuisson hace del general Bustillo en relación a los asesinatos. 2. El presidente Cristiani pide al investigador especial de Estados Unidos que centre sus esfuerzos primero en el ejército, aunque solo sea con el fin de resolver el caso para que los militares puedan dedicarse al "negocio de pelear la guerra". 3. Los norteamericanos hablan con los soldados estacionados en la Torre Democracia; en el reporte, la embajada escribe dos cosas contradictorias: primero dice que esos militares oyen disparos que "asocian con los asesinatos de los sacerdotes", pero también dice que "no los asocian con disparos en la UCA sino con un combate en un área cercana".
En 1993, la investigadora Martha Doggett, del Lawyers Committee for Human Rights, determinaría en su libro Una muerte anunciada, la crónica más completa que se ha escrito sobre la masacre de la UCA y sobre la operación oficial de encubrimiento, que involucró a militares, a funcionarios públicos y a civiles, que la tergiversación de los testimonios de dos de esos soldados es uno de los primeros actos de encubrimiento en la investigación de la masacre.
"Los agentes de la Policía de Hacienda de servicio en la Torre Democracia esa noche, manifestaron a la CIHD (Comisión Investigadora de Hechos Delictivos de la PN) el 17 de noviembre, que había soldados del batallón Atlacatl patrullando en la Residencial Guadalupe, justo al sur de la UCA. No les tomaron declaraciones formales hasta el 5 de diciembre. Para entonces ya no mencionaron nada sobre el Atlacatl...", escribe Doggett en su libro.
El día en que la CIDH tomaba declaración formal a los dos agentes de la PH que identificaron al Atlacatl en la Torre Democracia, el subsargento Germán Orellana Vásquez y el agente Víctor Manuel Orellana Hernández, el grupo especial estadounidense entrevistaba a d´Aubuisson en la Asamblea Legislativa. A continuación una traducción libre de los numerales del cable que hacen referencia al fundador de ARENA.
"7. La tarde del 5 de diciembre el investigador especial y el agregado legal entrevistaron al mayor Roberto d´Aubuisson en su oficina en el edificio de la Asamblea Legislativa. De acuerdo al investigador especial, d´Aubuisson expresó su deseo de colaborar con las investigaciones y negó cualquier participación en los asesinatos. El investigador especial le dijo claramente a d´Aubuisson que él era el principal sospechoso en el crimen y que se le investigaría a profundidad. D´Aubuisson le contestó al investigador diciéndole que ya había sido investigado por otros hechos: mencionó un caso de secuestro y el asesinato de (Monseñor Óscar Arnulfo) Romero específicamente, y dijo que su inocencia se había probado en ambos casos.
"8. Quizá tratando de expresar su deseo de cooperar, d´Aubuisson hizo varias sugerencias sobre como deberían llevarse las investigaciones. Sugirió que se estableciera una junta especial de revisión judicial (similar a un gran jurado estadounidense) para entrevistar testigos y para dejar ante el público la impresión de que algo se hacía para resolver el caso. Cuando el investigador y el agregado legal coincidieron en que esto sería útil, d´Aubuisson inmediatamente llamó al ministro de Justicia y literalmente le ordenó que se encargara de establecer la junta de revisión judicial. En retrospectiva es probable que solo haya sido un gesto de d´Aubuisson para impresionar a su audiencia. Esta es la impresión porque, al escribir esto, la junta de revisión no se ha establecido y no es ni mucho menos funcional.
"10. El 7 de diciembre, d´Aubuisson llamó al investigador especial y le pidió una reunión privada, en la cual d´Aubuisson dijo que había escuchado de una fuente de la Fuerza Aérea que el general Juan Rafael Bustillo podría estar relacionado con los asesinatos de los jesuitas. D´Aubuisson dijo que Bustillo habló con sus superiores el día antes de los asesinatos y les dijo en esa reunión que 'había que hacerse cargo' de los jesuitas. D´Aubuisson también implicó al mayor Roberto Antonio Leiva Jacobo* en los asesinatos, pero fue vago respecto al rol de Leiva.
"11. Los motivos de d´Aubuisson para dar esta información son muy sospechosos por decir lo menos. Muchas preguntas surgen sobre por qué d´Aubuisson dio esta información al investigador especial. Primero, y sobre todo, está la cuestión de por qué d´Aubuisson 'delataría' a Bustillo cuando se supone que Bustillo es leal a d´Aubuisson. No es un secreto en el ejército que d´Aubuisson abogó para que Bustillo ocupara la posición de ministro de Defensa en lugar del general Larios. También se sabe que Leiva no está en buenas condiciones en estos momentos y que fue removido hace poco de su posición en la S-2 de la Fuerza Aérea. Por estos hechos y por ser d´Aubuisson la fuente directa de la información, el grupo especial decidió no dirigirse a Bustillo o a Leiva directamente, sino permitir que la investigación continúe para ver si más evidencia aparece. Se hará un esfuerzo para dirigir discretamente la investigación de Ponce también hacia la Fuerza Aérea, sin excluir a otras unidades."
* Un año antes, en Colombia, el mayor Leiva Jacobo había sido acusado de vender bombas que, se supone, servirían para atentar contra el capo del cartel del Medellín Pablo Emilio Escobar Gaviria.
En 1993, la investigadora Martha Doggett, del Lawyers Committee for Human Rights, determinaría en su libro Una muerte anunciada, la crónica más completa que se ha escrito sobre la masacre de la UCA y sobre la operación oficial de encubrimiento, que involucró a militares, a funcionarios públicos y a civiles, que la tergiversación de los testimonios de dos de esos soldados es uno de los primeros actos de encubrimiento en la investigación de la masacre.
"Los agentes de la Policía de Hacienda de servicio en la Torre Democracia esa noche, manifestaron a la CIHD (Comisión Investigadora de Hechos Delictivos de la PN) el 17 de noviembre, que había soldados del batallón Atlacatl patrullando en la Residencial Guadalupe, justo al sur de la UCA. No les tomaron declaraciones formales hasta el 5 de diciembre. Para entonces ya no mencionaron nada sobre el Atlacatl...", escribe Doggett en su libro.
El día en que la CIDH tomaba declaración formal a los dos agentes de la PH que identificaron al Atlacatl en la Torre Democracia, el subsargento Germán Orellana Vásquez y el agente Víctor Manuel Orellana Hernández, el grupo especial estadounidense entrevistaba a d´Aubuisson en la Asamblea Legislativa. A continuación una traducción libre de los numerales del cable que hacen referencia al fundador de ARENA.
"7. La tarde del 5 de diciembre el investigador especial y el agregado legal entrevistaron al mayor Roberto d´Aubuisson en su oficina en el edificio de la Asamblea Legislativa. De acuerdo al investigador especial, d´Aubuisson expresó su deseo de colaborar con las investigaciones y negó cualquier participación en los asesinatos. El investigador especial le dijo claramente a d´Aubuisson que él era el principal sospechoso en el crimen y que se le investigaría a profundidad. D´Aubuisson le contestó al investigador diciéndole que ya había sido investigado por otros hechos: mencionó un caso de secuestro y el asesinato de (Monseñor Óscar Arnulfo) Romero específicamente, y dijo que su inocencia se había probado en ambos casos.
"8. Quizá tratando de expresar su deseo de cooperar, d´Aubuisson hizo varias sugerencias sobre como deberían llevarse las investigaciones. Sugirió que se estableciera una junta especial de revisión judicial (similar a un gran jurado estadounidense) para entrevistar testigos y para dejar ante el público la impresión de que algo se hacía para resolver el caso. Cuando el investigador y el agregado legal coincidieron en que esto sería útil, d´Aubuisson inmediatamente llamó al ministro de Justicia y literalmente le ordenó que se encargara de establecer la junta de revisión judicial. En retrospectiva es probable que solo haya sido un gesto de d´Aubuisson para impresionar a su audiencia. Esta es la impresión porque, al escribir esto, la junta de revisión no se ha establecido y no es ni mucho menos funcional.
"10. El 7 de diciembre, d´Aubuisson llamó al investigador especial y le pidió una reunión privada, en la cual d´Aubuisson dijo que había escuchado de una fuente de la Fuerza Aérea que el general Juan Rafael Bustillo podría estar relacionado con los asesinatos de los jesuitas. D´Aubuisson dijo que Bustillo habló con sus superiores el día antes de los asesinatos y les dijo en esa reunión que 'había que hacerse cargo' de los jesuitas. D´Aubuisson también implicó al mayor Roberto Antonio Leiva Jacobo* en los asesinatos, pero fue vago respecto al rol de Leiva.
"11. Los motivos de d´Aubuisson para dar esta información son muy sospechosos por decir lo menos. Muchas preguntas surgen sobre por qué d´Aubuisson dio esta información al investigador especial. Primero, y sobre todo, está la cuestión de por qué d´Aubuisson 'delataría' a Bustillo cuando se supone que Bustillo es leal a d´Aubuisson. No es un secreto en el ejército que d´Aubuisson abogó para que Bustillo ocupara la posición de ministro de Defensa en lugar del general Larios. También se sabe que Leiva no está en buenas condiciones en estos momentos y que fue removido hace poco de su posición en la S-2 de la Fuerza Aérea. Por estos hechos y por ser d´Aubuisson la fuente directa de la información, el grupo especial decidió no dirigirse a Bustillo o a Leiva directamente, sino permitir que la investigación continúe para ver si más evidencia aparece. Se hará un esfuerzo para dirigir discretamente la investigación de Ponce también hacia la Fuerza Aérea, sin excluir a otras unidades."
* Un año antes, en Colombia, el mayor Leiva Jacobo había sido acusado de vender bombas que, se supone, servirían para atentar contra el capo del cartel del Medellín Pablo Emilio Escobar Gaviria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario