El general Mauricio Ernesto Vargas
será el encargado de refutar los argumentos sobre el pasado de su
congénere y colega en el ejército. El 15 de abril de 2013, la
defensa de Montano introdujo un escrito de 63 páginas en el que
Vargas intenta deslindar a Montano de cualquier responsabilidad en
los asesinatos de los Jesuitas
General Mauricio Ernesto Vargas |
El general firmó su testimonio el 10
de febrero de 2013 ante los oficios del notario Ernesto Fernández
Serrano. La principal hipótesis ahí escrita: la masacre de la UCA
fue un “acto criminal, un lamentable hecho” por el que la
justicia salvadoreña ya juzgó y condenó a “varios militares por
delitos de asesinato, terrorismo y encubrimiento” y que el coronel
Inocente Orlando Montano nada tiene que ver con aquello.
Vargas, en su testimonio, considera que
al vincular a Montano con la mascare, el Gobierno de los Estados
Unidos presentados a través del fiscal John Capin y el testimonio de
la profesora Terry Karl de Stanford obstaculizan la democratización
de El Salvador.
“Vincular en este caso y atribuir sin
pruebas violaciones a derechos humanos a funcionarios y militares
profesionales que se entregaron durante esa difícil década a la
defensa legítima del país, fue y sigue siendo una estrategia
utilizada por sectores que se oponen a la democratización del país
y que buscan en el desprestigio de sus oponentes el logro de sus
oscuros intereses”, escribe Vargas en los comentarios iniciales de
su testimonio.
Más adelante, el general asegura:
“Inocente Orlando Montano no conspiró con otros oficiales de alto
rango para incitar el asesinato de los sacerdotes jesuitas y las dos
mujeres; Montano nunca encubrió las investigaciones de este crimen y
nunca trató de bloquear los Acuerdos de Paz durante el conflicto
armado”.
Imagen tomada del informe presentado por el general Vargas como prueba de descargo |
El informe
El general divide su escrito en en
siete secciones, en las que expone sus puntos de vista sobre el
conflicto armado de los 80, el rol de la Fuerza Armada de El Salvador
en el mismo, su versión de apuntes biográficos del coronel Montano,
la jurisprudencia salvadoreña alrededor del caso y su versión de la
“ofensiva final del FMLN y la muerte de los Jesuitas”.
Los dos primeros apartados sirven al
general para resumir la línea narrativa con que el ejército
salvadoreño explicó la guerra: El Salvador estaba bajo una agresión
comunista internacional, cuya punta de lanza en el país era el FMLN,
y las Fuerzas Armadas se embarcaron en una gesta de legítima defensa
contra aquella conflagración. Los títulos de las dos primeras
secciones son sugerentes: “El conflicto interno en El Salvador y el
rostro del agresor tras el poder” nombra Vargas a la primera
sección, en la que desmenuza en varios literales su versión
operativa de la guerra; “La Fuerza Armada de El Salvador durante la
legítima defensa ante la agresión insurgente (1980-1992)”, es el
título de la segunda sección.
Vargas ocupa los dos últimos apartados
para argumentar específicamente sobre la inocencia de Inocente
Montano, y así titula: “Desvinculación de Inocente Orlando
Montano de los hechos del 16 de noviembre de 1989” y “Argumentos
falsos versus hechos reales”.
La defensa de Montano presentó su hoja de servicio militar |
En sus comentarios iniciales y en las
conclusiones, Mauricio Ernesto Vargas plantea una serie de preguntas
encaminadas, se entiende, a desvincular a Montano de los crímenes, a
poner en tela de juicio la investigación actual alrededor del caso
Jesuitas y a resaltar que en el proceso que lleva el juzgado sexto de
la Audiencia Nacional en Madrid por la masacre de la UCA los alegatos
contra el coronel son periféricos.
¿Por qué fue el único miembro del
alto mando militar que no fue llamado a declarar durante el juicio en
El Salvador? ¿Por qué en la presentación de la querella (en
Madrid) la participación de Montano es periférica o simplemente
dejada a la intuición? ¿Si el FMLN es fuerza de poder político en
la Asamblea desde 2000 por qué no se enjuicia a Montano por las
violaciones por las que el FMLN lo acusó en el pasado? ¿Será que
estas acusaciones no tienen fundamento?, pregunta el militar.
Esta programado que este día el
general Mauricio Ernesto Vargas y su contraparte, la profesora Terry
Lynn Karl -experta presentada por el Gobierno de Estados Unidos-
tengan tiempo para exponer sus argumentos ante la corte del juez
Donald Woodlock en Boston.
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